2. Señale las ideas fundamentales del texto.
Durante mucho tiempo, el régimen
de la Restauración, que se inicia con la vuelta al trono de Alfonso XIII y que
termina con el golpe de Primo de Rivera en 1923, fue identificado por algunos
historiadores con este tipo de sistemas oligárquicos. Resultaba evidente que la
Constitución de 1876, el sistema de «turno» entre los partidos liberal y
conservador, la hegemonía de la política de notables y el sufragio censitario
creaban unas condiciones óptimas para el dominio de las minorías. Pero, además,
debido al atraso de España y a la debilidad del Estado, el caciquismo tenía un
peso determinante en las relaciones entre los ciudadanos y el sistema político.
La clave radicaba en que los caciques concedían favores en el medio económico
local (proporcionaban empleos, mediaban en los contratos de arrendamiento,
etc.) y en las relaciones con la administración (pago de impuestos o servicio
militar), a cambio de asegurarse una clientela que luego movilizaban en las
elecciones1. De esta forma, la instauración del sufragio universal masculino en
1890 apenas cambió nada, pues las elecciones siguieron estando manipuladas por
el gobierno, los grandes partidos nacionales y los caciques locales.
El fin de la clase ociosa. Miguel
Artola. 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario