domingo, 29 de marzo de 2020

12.3. La integración de España en Europa. Consecuencias económicas y sociales. La modernización de las infraestructuras. El Programa de Convergencia y la creación del euro.


La integración de España en Europa
Los gobiernos democráticos intentaron integrar a España en la Comunidad Económica Europea. España únicamente había conseguido un acuerdo preferencial con la CEE desde 1970. En 1977 Adolfo Suárez solicitó la adhesión de España a la CEE. En 1978 la Comisión Europea dio su aprobación a las negociaciones de esta adhesión. España firmó su ingreso en la CEE en 1985. Fue el mayor logro de la política exterior del PSOE. El principal obstáculo para la integración de España en la CEE era el peso de nuestro sector primario: Francia temía perder cuota de mercado frente a España y Reino Unido quería reducir las subvenciones a la agricultura. Además, la entrada de España obligaba a aumentar los fondos estructurales sufragados por los países ricos de la CEE. Desde el 1 de enero de 1986 España es miembro de pleno derecho de la CEE.
Consecuencias:
Las consecuencias económicas más importantes de la entrada en la CEE han sido: la liberalización económica, que puso fin al proteccionismo y, en los ochenta, obligó a una dura reconversión al sector primario e industrial; la aceleración del crecimiento económico gracias a las ayudas de la UE a través de los fondos estructurales y de cohesión social. Estas ayudas han permitido la modernización de las infraestructuras, la mejora del sector agrícola mediante subvenciones y la financiación de planes de formación profesional, reciclado y creación de empleo. Sin embargo, la entrada en Europa también supuso un aumento del paro y la reducción de sectores económicos como la pesca o la agricultura.
En cuanto a las consecuencias sociales, España se ha beneficiado de los Fondos de Cohesión que, actuando en distintos sectores, han ayudado al desarrollo y modernización de la sociedad española. Además, ha desarrollado una mayor colaboración frente al terrorismo, con la creación de un espacio europeo de seguridad y justicia (Schengen), el ámbito científico se ha visto respaldado por las ayudas a la investigación (Horizonte 2020) y sus ciudadanos se pueden mover sin fronteras por el espacio europeo.
Modernización de las infraestructuras.
Las inversiones de la UE en España han sido fundamentales para el desarrollo del país. Han costeado infraestructuras viarias (carreteras y autopistas, red de ferrocarriles, etc.), educativas, rurales, etc. Las inversiones de la UE fueron de más de 300.000 millones entre 1986 y 2013. 2.
El Programa de Convergencia y la creación del euro
Desde su entrada en la CEE España se ha mostrado como un socio activo:
- Acta Única (1986): pretendía conseguir un mercado interior real entre los Estados miembros, así como un espacio sin fronteras interiores.
- Tratado de Schengen (1991): seguridad europea, que suprimió los controles en las fronteras entre los Estados firmantes.
- Tratado de la Unión Europea o Tratado de Maastricht (1992): la CEE cambió su denominación por la de Unión Europea. Propuso la unión política de forma gradual por medio de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) y la Cooperación en Asuntos de Interior y de Justicia (CAJI). Además, el Tratado propuso para 1999 la Unión Monetaria. Este tratado obligaba a un Plan de Convergencia económica que daría derecho a los Estados a formar parte de la Unión Económica y Monetaria Europea:
· La tasa de inflación no podía superar en más de un punto y medio la media de los tres países de la Unión con menos inflación.
· El límite de déficit público se situó en el 3% del PIB.
· Los tipos de interés no debían ser mayores a dos puntos por encima de cómo fueran en los tres países con menores tipos. Además había que mantener un tipo de cambio estable. Para España el logro del Plan de Convergencia parecía factible inicialmente, pero el escenario cambió con el fin del boom económico de los 80 y la crisis en España como consecuencia de los acontecimientos de 1992. Pero la crisis fue tan aguda como corta en el tiempo y los signos de crecimiento ya se observaban en 1994. En 1999 España cumplió los objetivos del Plan de Convergencia, siendo uno de los once países fundadores de la Unión Económica y Monetaria Europea (zona euro).
El Consejo Europeo, reunido en diciembre de 1995 en Madrid, había dado nombre definitivo a la nueva moneda única europea, el euro, que entró en circulación el 1 de enero de 2002 en la eurozona.

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