La oposición al régimen de Franco
fue evolucionando a lo largo de la dictadura.
Acabada la guerra civil y durante
los años 40 es muy débil, ya que el régimen controla de forma eficaz a
la población y establece medidas represivas muy duras (fusilamientos
incluidos). Las fuerzas republicanas
nombran un gobierno en el exilio, pero las divisiones internas y la falta de
reconocimiento internacional lo hacen inoperante.
De cualquier manera, se
encuentran algunos focos de resistencia al régimen, encarnados a menudo en el
conocido como maquis, guerrilla en
zonas montañosas inspirada por comunistas y anarquistas. Estas guerrillas se
disuelven casi por completo en 1949.
Aunque los anarquistas cuentan
todavía con miles de afiliados a la CNT,
la infiltración en sus filas por parte de la policía hará que sean poco
operativos. En el caso de los comunistas,
ocurre algo similar, aunque su oposición acabará ganando prestigio ante los
antifranquistas. Por último, hay un intento de oposición por parte de las
fuerzas monárquicas, que firman en Lausana un manifiesto pidiendo el
regreso de D. Juan de Borbón, a lo que Franco se niega.
En los años cincuenta, el PCE cambia de táctica, centrándose en
lo que denomina “reconciliación nacional”, tratando de agrupar a las fuerzas
antifranquistas bajo sus directrices. Esto reforzará sus posiciones también en
el exilio, frente al PSOE. En esos
años cincuenta hay algunas huelgas relevantes y el nacionalismo se reorganiza,
radicalizándose un sector del vasco que se separa de las juventudes del PNV y que apostará por la vía armada a
partir de los 60 (ETA).
En los años sesenta la
oposición crece y se organiza en diferentes grupos:
-
El PCE,
que continúa ganando prestigio y que es señalado como la única fuerza de la oposición
por parte del régimen, gira hacia posiciones demócratas.
-
El PSOE,
que aparece en el interior con nuevos líderes (Felipe González y Alfonso
Guerra).
-
Varios grupos armados: ETA (comienza los atentados), FRAP,
GRAPO, MIL.
-
Catolicismo social: un sector de la Iglesia (curas obreros) y de los católicos (HOAC) comienzan una oposición, con
labores de ayuda y concienciación.
-
Sindicatos: los dos sindicatos anteriores a la
guerra (UGT y CNT) están muy debilitados, pero surgen las Comisiones Obreras, al principio asambleas autónomas de
trabajadores y luego organización líder en el sector obrero, que incluso se
infiltra en el Sindicato Vertical.
-
Mundo universitario: algunos profesores destacan por su oposición y
son expulsados (Enrique Tierno Galván, J. Luis López Aranguren, Agustín García
Calvo…); a menudo los alumnos
protagonizan protestas y manifestaciones.
-
Sectores del régimen, como falangistas críticos,
monárquicos e incluso una parte del ejército (Unión Militar Democrática) empiezan a organizarse.
-
Toda la oposición moderada se reúne en Múnich en 1962. El régimen lo llama el contubernio de Múnich.
La crisis del franquismo:
En 1973 Franco continuaba siendo
Jefe del Estado pero dejó la presidencia del gobierno en manos del Almirante
Carrero Blanco. El 20 de diciembre de ese año, Carrero Blanco moría en un
atentado perpetrado por ETA. Este golpe, la avanzada edad de Franco y la
creciente contestación social hicieron que el régimen entrara en crisis.
Se nombró a Carlos Arias Navarro
nuevo presidente del gobierno, quien excluyó del gobierno a los tecnócratas del
Opus y anunció en su discurso programático del 12 de febrero de 1974 el inicio
de una cierta apertura política, más retórica que real (se conoció como el espíritu del 12 de febrero a esa
intención). Este gobierno sumó a los problemas de la oposición los relacionados
con la crisis internacional del petróleo.
Se aprobó una Ley de Asociaciones
Políticas, pero muy restrictiva y abierta solo a las distintas tendencias que
apoyaban la dictadura. Para entonces, la enfermedad de Franco anunciaba un
próximo final y la oposición a la dictadura se mostraba cada vez más fuerte. La
presión de la oposición era muy intensa en la Universidad, en las grandes
fábricas y en los nuevos barrios obreros de las ciudades. Las manifestaciones y
huelgas eran reprimidas con brutalidad por la policía o la Guardia Civil. A
todo ello había que añadir el recrudecimiento de la actividad terrorista de ETA
y del FRAP, que dio lugar a la aprobación de una Ley Antiterrorista en agosto
de 1975, en virtud de la cual se condenó a muerte, y se ejecutó, a tres
militantes del FRAP y a dos de ETA, en noviembre de 1975.
Estas ejecuciones
movilizaron a la opinión pública europea contra la dictadura de Franco,
golpeada también por el ejemplo de la “Revolución de los claveles” de Portugal,
que en abril de 1974 había visto cómo el ejército acababa con la dictadura en
ese país. España era la última dictadura de Europa.
Con Franco ya gravemente enfermo,
estalló la crisis del Sahara. Al anuncio del gobierno español de celebrar un
referéndum en el que el pueblo saharaui decidiera su futuro, respondió el rey
Hasan II de Marruecos con la organización de una “marcha verde”, en la que
200.000 marroquíes se movilizaron hacia la frontera para reclamar la
“marroquinidad” del Sahara. Mediante los acuerdos de Madrid de 14 de noviembre
de 1975, España se retiraba del Sahara, entregándolo a Marruecos y Mauritania,
sin que llegara a celebrarse el referéndum anunciado.
Franco moría el 20 de noviembre
de 1975 y comienza el final de la dictadura.
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