martes, 26 de noviembre de 2019

5.3. Fernando VII: liberalismo frente a absolutismo. La emancipación de la América española


El reinado de Fernando VII tiene diferentes etapas:

Sexenio absolutista (1814-1820): Fernando VII es liberado por el Tratado de ValenÇay (1814) y regresa a España. Se encuentra con la Constitución de 1812, aprobada por el sector liberal. Al dirigirse a la capital, en Valencia, militares y diputados absolutistas le entregan el “Manifiesto de los Persas”, que reclama la vuelta al Antiguo Régimen. Fernando VII anula la Constitución y las leyes de las Cortes de Cádiz, restaurando las viejas leyes (privilegios señoriales) y la Inquisición y aboliendo las desamortizaciones. Además, persigue a los liberales. Es una vuelta al sistema de 1808: despotismo ilustrado.

Los militares liberales responden con  pronunciamientos (casi una veintena). En 1820 se produce el levantamiento del General Riego en cabezas de San Juan (Sevilla), que se extiende por otras ciudades. Fernando VII cede y firma la Constitución de Cádiz. Comienza el Trienio Liberal.

Trienio liberal (1820-1823): Se vuelve a abolir la Inquisición y se elabora el Reglamento de Instrucción Pública. Se toman medidas liberales: libertad de prensa, de opinión (sociedades patrióticas), desamortizaciones… Los liberales se dividen en doceañistas (moderados) y veinteañistas (radicales). El nuevo régimen cuenta con fuertes opositores: aristocracia y clero y parte del pueblo. La oposición absolutista crea la Regencia de Urgel (1822), que pretende ser un gobierno absolutista. Es disuelta por el ejército. Fernando VII no deja de conspirar contra el nuevo régimen y consigue que la Santa Alianza mande a los 100.000 hijos de San Luis a invadir España (tropas francesas). En 1823 se vuelve a abolir la Constitución y comienza la llamada Década Ominosa.

Década Ominosa (1823-1833): Se vuelve a imponer el régimen absolutista y se reprime duramente a los liberales. No se restaura la Inquisición y hay ministros reformistas. Los absolutistas, decepcionados, se agrupan en torno a Carlos María Isidro, hermano de Fernando y futuro heredero. En 1830 nace Isabel, hija de Fernando VII. La lucha entre Carlos e Isabel hará que esta busque apoyo entre los liberales. Fernando había aprobado la Pragmática Sanción (permite a las mujeres ser reinas), pero no la había publicado. En 1833 muere Fernando VII y se desencadena una guerra civil (carlistas frente a isabelinos o liberales).

Durante el reinado de Fernando VII también se produce la independencia de los territorios americanos.

Las sublevaciones serán dirigidas por los criollos (hijos de españoles nacidos en América), que son la quinta parte de la población y acumulan la riqueza por el comercio y las propiedades. Están descontentos por el monopolio político (no participan en el poder) y económico de España. Aceptan ideas ilustradas, apoyados por EE.UU. (doctrina Monroe).

A partir de la derrota de Trafalgar (1805) se muestra la debilidad española. El pueblo de las colonias se mantiene fiel a Fernando VII durante la Guerra de la Independencia, pero los virreyes juran fidelidad a José I. Cuando se crea la Junta de Regencia, las colonias empiezan el proceso emancipador, alegando falta de gobierno en España.

Entre 1810 y 1814 surgen movimientos revolucionarios: se depone a los virreyes, comienzan las declaraciones de independencia (apoyo Inglaterra y EE.UU.), se elaboran constituciones republicanas.

En 1814, Fernando VII manda tropas a América que controlan casi todo el territorio, pero en 1816 vuelven a estallar sublevaciones: Bolívar conquista Venezuela y Colombia. San Martín va desde Buenos Aires hasta los Andes. Ambos convergen en Perú, venciendo a los españoles en la batalla de Ayacucho (1824). Esto pone fin a la guerra.


A partir de 1820 se van consolidando los nuevos países de América del Sur: los intentos de una federación al estilo de EE.UU. no prosperan. Las consecuencias para España serán fundamentalmente económicas. Se conservan solo Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

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