El 14 de
abril de 1931 se proclama oficialmente la II República tras las elecciones
municipales que habían dado mayoría a las candidaturas republicanas en las
grandes ciudades. El rey, Alfonso XIII,
huye a Italia, abriendo un periodo de cambios sociales y políticos apoyados por
intelectuales, parte de la clase media y buena parte del mundo obrero (los
anarquistas no). Al tiempo, la República tendrá enemigos desde el primer día y
las tensiones entre unos y otros serán frecuentes.
El
almirante Aznar, que había convocado las elecciones municipales, acepta las
condiciones del Pacto de San Sebastián, cuyos miembros serán la clave del
primer gobierno republicano, conocido como gobierno
provisional. El primer presidente del gobierno es Niceto Alcalá Zamora,
republicano conservador, que tomará medidas que trataban de solucionar los
problemas más profundos de España:
-
Reforma militar: obliga a jurar el nuevo sistema
a los mandos del ejército y a los que no lo desean, les consigue jubilaciones
ventajosas.
- Reforma agraria: obliga a labrar las tierras, a
contratar a trabajadores de la zona, prohíbe los desahucios y fija horario de
trabajo (8 horas) y salario mínimo.
- Negociación con el nacionalismo: Francesc Maciá
había proclamado la República independiente catalana pero, tras negociar, se
acordó la creación de la Generalitat que prepararía un Estatuto de Autonomía.
Este primer
gobierno tuvo la oposición de poderosos sectores: la Iglesia, que creyó ver en
el republicanismo un anticlericalismo radical, criticó la República, y los
terratenientes se opusieron a las reformas en el campo, ignorando las leyes.
En junio de 1931 se celebran las
elecciones a Cortes Constituyentes y gana una coalición republicano-socialista.
Este gobierno redacta la nueva Constitución:
-
España es una república democrática de
trabajadores organizada en régimen de libertad y justicia.
-
Es un Estado integral con autonomías (requieren
proceso).
-
Separación de poderes, quedando el poder
ejecutivo en manos del Consejo de Ministros y el jefe, el legislativo en unas
Cortes de una sola cámara elegidas por sufragio universal (23 años) y el
judicial en jueces independientes.
-
El Presidente de la República sería elegido por
las Cortes (6 años): no puede ser militar, eclesiástico ni de familia real.
-
Estado laico: suprime subvenciones al clero y
enseñanza religiosa.
-
Amplios derechos: matrimonio civil, divorcio,
educación, trabajo, no discriminación.
La derecha no estuvo de acuerdo
con la Constitución por motivos religiosos y se ausentó de la votación. La
presidencia de la República cayó en manos del mismo Alcalá-Zamora y el cargo de
Jefe de Gobierno en las de Manuel Azaña, comenzando el llamado bienio reformista.
Este gobierno intenta tomar medidas innovadoras y de
carácter progresista:
-
Problema regional: se aprueba con muchas
dificultades el Estatuto de Cataluña, que incluye la existencia de un gobierno
autonómico (Generalitat), un Presidente y un Parlamento con competencias
propias. Hubo una oposición enorme por parte de la derecha.
-
Reformas sociales y laborales: se establece la
jornada de 8 horas, el derecho de huelga, el derecho de negociación colectiva y
la existencia seguros sociales. En el campo, se intenta aprobar una reforma que
permita la existencia de fincas públicas expropiadas a terratenientes. La oposición
de la patronal y de los terratenientes lleva incluso a un intento de golpe de
Estado.
-
Educación: creación de una red de escuelas
estatales (más de 13.000) laicas, mixtas, obligatorias y gratuitas. Se prohíbe
la enseñanza religiosa. Oposición de la Iglesia.
-
Ejército: Ley Azaña permite retirarse a
generales que no juren fidelidad a la República. Algunos juran, aunque no de
verdad. Se pretende modernizar y aligerar, pero no se logra del todo. El
malestar con las políticas de Azaña, junto con el que produjo las reformas en
el ejército, condujeron a un intento de golpe en agosto de 1932 dirigido por el
general Sanjurjo.
La República, en esta primera
etapa, muestra su falta de apoyo entre algunos sectores e incluso la oposición
radical frente a ella:
En el mundo obrero se considera
que las reformas van demasiado lentas y habrá levantamientos y ocupaciones de
fincas, a menudo organizadas por los anarquistas. El levantamiento más
trascendente es el de Casas Viejas (1933), que acaba con muertos civiles. Azaña
queda muy desprestigiado.
La derecha política se va
organizando en la coalición derechista CEDA (Gil Robles) y monárquica
tradicionalista Renovación Española (Calvo Sotelo), girando poco a poco hacia
un discurso profascista.
La ultraderecha fascista se
organiza cuando se funda la Falange Española (1933), por José Antonio Primo de
Rivera. Provocará altercados públicos y enfrentamiento con los obreros.
Al tiempo, la República cuenta
con el apoyo de lo más destacado del mundo cultural: Ortega, Lorca, Alberti,
Salinas, Miguel Hernández, Luis Buñuel, etc.
Se crea un plan educativo a cargo de Fernando de los Ríos que incluye un plan de Teatro itinerante (La Barraca de Lorca y El Búho, de Max Aub) y se insiste en que aumente la cultura de los españoles. Para ello M. B. Cossío funda las Misiones pedagógicas, que debían llevar esa cultura a cada rincón de España.
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