domingo, 19 de enero de 2020

8.2. La revolución industrial en la España del siglo XIX. El sistema de comunicaciones: el ferrocarril. Proteccionismo y librecambismo. La aparición de la banca moderna.


A finales del siglo XIX la economía es fundamentalmente agraria, con escasa industrialización. Las transformaciones económicas más importantes del XIX fueron  la desamortización, la Revolución Industrial y la construcción del ferrocarril.
La incorporación de España a la Revolución Industrial fue tardía, incompleta y desequilibrada. La revolución necesita dos factores, que España no tenía suficientemente: mercado interior e inversión de capital. Además, hay otras causas del retraso de la revolución en España:
·        Inestabilidad política: guerra de la Independencia, pérdida de los territorios americanos y guerras carlistas.
·        Carbón escaso, de mala calidad y difícil explotación
·        Deficiente red de comunicaciones
·        Atraso tecnológico
·        Baja capacidad adquisitiva de gran parte de la población (influye en mercado interior)
La actividad industrial se centró en la industria textil del algodón de Cataluña (favorecida por proteccionismo), la industria siderúrgica de Andalucía, Asturias y Bilbao y la minería, desamortizada en 1868, mientras que el comercio creció a ritmo muy lento.
El desarrollo del tren viene marcado por la Ley de Ferrocarriles (1855), que subvencionó las inversiones, eximió de aranceles a los materiales importados y permitió la entrada de capitales extranjeros. La construcción del ferrocarril alcanzó su máximo desarrollo entre 1855 y 1864. Las primeras líneas ferroviarias peninsulares fueron Barcelona-Mataró (1848) y Madrid-Aranjuez (1851), creándose una red radial en torno a Madrid con un ancho de vía mayor que el europeo (se creía que las máquinas debían ser más potentes). La construcción del ferrocarril se hizo con capital público y privado, sobre todo francés, y contribuyó a la consolidación de un mercado nacional, conectando los diferentes espacios económicos.
Respecto a las políticas económicas, durante el proceso de desarrollo de la revolución industrial hay tensión entre dos políticas:
Proteccionismo: política de aranceles altos. La defienden los moderados y conservadores, los propietarios de grano castellanos, los industriales catalanes, la siderurgia vasca y los productores de carbón.
Librecambismo: aranceles bajos. La defienden progresistas, expresas exportadoras de importadoras de combustible y bienes de equipo.
Se pasó del proteccionismo (arancel de 1849) a cierta política librecambista (arancel de 1869), para volver, durante el canovismo, a una política más proteccionista que en el resto de Europa.
La banca juega un papel importante en la Revolución Industrial en otros países (permite inversiones). En España, entre 1840 y 1866 se desarrolla la banca moderna, creando sociedades de inversión. Las inversiones se frenan en 1866, con una crisis que hunde bancos. Se crean el Banco Santander y el Banco de Bilbao. Entre 1868 y 1914 : se consolidan los bancos. Crece moderadamente el capital español y se desarrolla un sistema bancario apoyado en el Banco de España. Primero los bancos sirven como cuentas corrientes y luego financian industria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario