A partir del reinado de Felipe
III los problemas de España se agravan y hablamos de decadencia. Porque suponen
supone la pérdida de la hegemonía europea y pasar a ser una potencia de segunda
categoría.
La política pacifista de Felipe III desembocó en la llamada Pax
Hispánica: firmó la paz con Inglaterra (1604) y la Tregua de los Doce años con
las Provincias de Unidas de Países Bajos (Norte) en 1609. A finales de su
reinado, sin embargo, España se verá involucrada en la Guerra de los Treinta
Años (1618-1648).
Esta fue un conflicto que
comienza con el nombramiento de Fernando II como emperador germánico. Fernando
II (tío de Felipe III) es católico y eso provoca una rebelión de los
protestantes en 1618. La guerra se extendió por toda Europa.
Felipe IV participa activamente en la guerra para defender la fe
católica y la dinastía de los Habsburgo. Durante su reinado, Francia entrará en
el conflicto, apoyando a los protestantes (Holanda, Suecia y reinos germanos). Además,
se termina la tregua de los Doce Años y vuelve a empezar la guerra en Países
Bajos. España será derrotada en diferentes batallas. La Paz de Westfalia (1648)
pone fin a la guerra: reconoce la independencia de las Provincias Unidas.
La guerra contra Francia continúa
hasta la firma de la paz en 1659 (Tratado de los Pirineos). España pierde territorios
y admite el matrimonio de Luis XIV con una infanta española. Esto traerá a los
Borbones a España en 1700.
Durante el reinado de Carlos II se firma la paz con Portugal,
concediéndole la independencia (1668). Se cede a Francia el Franco Condado
(noreste de Francia) y territorios de los Países Bajos. España confirma la
pérdida de hegemonía, aunque mantiene territorios en Europa (Bélgica, Nápoles,
Sicilia…)
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